domingo, enero 01, 2012

al cabo de una luna







Me he quedado un rato sobre estas huellas

resolviendo el koan de unas cadenas

contemplando el polvo de su óxido

desvanecerse en un soplo de luz.

Las formas parecen iguales

pero mucho han cambiado.

He estado sentado

sobre el torrente de este karma

y me he quedado hasta ver

cómo sale la última gota.

Donde habitaba la guerra

ahora respira la paz.

Es posible

Viejo Árbol de Corazón Verde

que te encuentre

en tus montañas emplumadas

al cabo de una luna más

cuando calce los tenis

del retiro solitario.


© Oscar Franco

foto: Inés de Tavira