lunes, enero 18, 2010

Otra carta


Enero 15, 2010

Te veo pasar, tantas veces, vienes y vas, untándole a tus amigos tus sonrisas cariñosas, hasta a los desconocidos les regalas esa mirada coqueta que, por lo pronto, hoy no los dejará dormir y sabes bien que estoy aquí, a sólo unos cuantos metros y sabes cómo me dueles y sabes cuánto te quiero y no saben ellos, ninguno, por muy tu viejo amigo que sea, que soy tu historia especial, que me has guardado en tus ojos, que conozco tus estrellas, tus jardines, tus flores, tus pensamientos, los más dulces, los más secretos, los que aprendí de memoria y nunca revelaré, que te he tenido en las manos deteniendo tu caída mientras lloraba la noche, mientras el viento furioso luchaba por separarnos y no podía, no podría, que no íbamos a soltarnos, que para seguir juntos contra el embate de esa tormenta rabiosa nos sostuvimos con todo, con cada dedo, cada mano, con cada pie y cada labio, con esta lengua que ahora muere de sed mientras pasa frente a ella el océano de tus pupilas que a todos besan, divinas, que a todos baña y a mí me ignora, mientras tu lengua que sabe que lo que te escribo es cierto se esconde bajo tus dientes mordaces, mejor así, que si se asoma será mostrándose toda, roja cruel, desnuda y descocada, para mí, para matarme.

Te veo pasar, ida y vuelta y está claro que esta noche no existiré para ti, que ya no existo, me echaste de tus recuerdos, me lanzaste por la borda, podría ahorrarme tinta y tiempo, podría no escribirte nada, ¿qué caso tiene esta carta que encontrarás en tu bolsa y que viene de alguien que ahora ya olvidaste por completo?, pero la escribo y la pongo donde la encuentres mañana porque mañana que sola te pares frente al espejo y te arda otra vez la vida se te pasará la amnesia y me extrañarás de pronto y va a desearme tu pecho y vas a querer tenerme y me llamarás y, mira, que no vas a poder creerlo pero, sí, vas a encontrarme y entenderás que soy tuyo, que me tienes en tus manos, como siempre y nos veremos, otra vez, nos amaremos otra vez y, como siempre, otra vez vas a dejarme porque sabes que me puedes manejar bien a tu antojo y me moriré de nuevo, me desplomaré en el acto y te miraré de lejos, cómo vienes, cómo vas, como si yo no existiera, mientras te entregas a todos, altiva, despampanante, diosa del tiempo nocturno y te miraré de cerca y te espiaré entre las plantas e ingenuo te esperaré en un rincón por si quieres pero no vas a acercarte ni por casualidad y me seguiré muriendo y te volaré en pedazos y te odiaré como nunca y voy a querer tocarte, que me derrumbo por dentro y me sentaré en la mesa de una cocina amarilla y me tragaré el orgullo y te escribiré otra carta... y otra carta... y otra carta.


© Oscar Franco

Foto: sacalalenguaqueesgratis.wordpress.com


1 comentario: