martes, octubre 27, 2009

Foto













Estamos por salir en la foto,
más que juntos estamos hechos bola,
estamos tirando de la cuerda,
estamos temblando de vergüenza,
sentimos que pasan los minutos,
estamos mirando al horizonte,
nos salen sonrisas en las caras,
un raro silencio nos prepara...

y grita una voz emocionada,
nos baña una luz brillante y blanca,
relámpago intenso que deslumbra...

sucede que ya no vemos nada.

© Oscar Franco

Oficina


Se tapan mis oídos, se nubla mi mirada, el mundo me da vueltas, la luz me deja ciego, avanzan los minutos y vuelan en picada instantes que me impiden mantenerme sosiego.

Me siento como el preso que cumple una condena y que para ser libre le resta una semana.

Estoy como el gordito que ya quiere su cena y al sol que no se pone mira por la ventana.

Ansioso como niño en taller de secundaria, soportando a una gorda maestra nauseabunda, me aboco sin deseos a mi tarea diaria y envidio sin remedio a mi mente vagabunda.

Imploro que el reloj se trague los minutos que ahora me separan de la última campana.

¡Absurda realidad!

¡Qué costumbres de adultos!

Querida libertad de juventud lejana, vendida sin piedad por algo de dinero, un poco de poder, un puño de confianza, un seguro social, un nombre en un letrero que sobre el escritorio simula una alabanza.

En un mundo de citas, papeles, entrevistas, relojes, archivos, contadores, impuestos, supuestos e imprevistas reuniones de amables vendedores, ¿en dónde está mi cama, mis recuerdos?

¿En dónde mis amigos, mis historias?

¿Qué pasó con la calle, con el tiempo, la música, los libros, las memorias?

¿En dónde las mujeres, la ternura, la tarde oculta de un amor eterno?

¿En dónde los balcones, la locura de andar en camiseta en pleno invierno?

¿Y dónde los poemas, las canciones, la ingenuidad que hacía mi compañía?

¿En dónde están aquellas emociones?

¿Adónde fue a vivir la fantasía?

Estoy como el infante, como el preso, esperando la hora de salida y te sueño, libertad y me pregunto, ¿sabré esta vez aprovechar la vida?

© Oscar Franco

Foto: todosignifica.wordpress.com




consulta el programa en www.casadellago.unam.mx

viernes, octubre 23, 2009

No dormir

Vino el diablo una mañana para pactar el negocio. Dijo que yo lo había mandado llamar. Nunca me interesó aclarar que no había sido así, que en realidad fue el rey quien me pidió invocarlo.
El diablo sólo quería mi alma. Mil veces le pregunté qué haría con ella. Mil veces no me respondió. Ése era asunto suyo, dijo, por eso la estaba comprando. Era un cliente insoportable. A mí sólo me importaba que él cumpliera mi deseo: no dormir. Estaba muy claro, ¿no?
Considero que dormir es una gran pérdida de tiempo. Uno podría aprovechar mejor ese lapso en trabajar, jugar, crear algo o aprender nuevas cosas. Mi deseo era, por lo tanto, no dormir. Es decir, no necesitar dormir. Quizá, ¿por qué no?, dormir ocasionalmente, por puro placer, como un entretenimiento, para soñar un rato, pero jamás por necesidad.
"De acuerdo", me respondió el diablo "y a cambio, cuando tú mueras yo tendré tu alma".
Muy bien, todo estaba bien pero faltaba algo. ¿Cuándo moriría yo?
El diablo se rehusó a dar una respuesta clara. Dijo que eso no estaba en sus manos y que era un secreto que sólo conocía aquél que usurpaba los llamados ajenos.
¡Qué gracioso bufón resulté ser! Ahora no puedo dormir y creo que no puedo morir. ¿Acaso será porque el rey está muerto desde anoche? ¡Como si yo no lo supiera!

© Oscar Franco

miércoles, octubre 21, 2009

Nueva temporada MXyG



"...María, gimiendo, dejaba caer su cuerpo sobre el de él,
yendo a beberle en la boca el grito,
en un ávido y ansioso beso..."

José Saramago en
El Evangelio según Jesucristo.

lunes, octubre 19, 2009