martes, noviembre 17, 2009

Hasta las clepsidras

Agosto-septiembre, 1988
a Mónica N.

I
Amarga nieve, si una sonrisa
derretir pudiera el fuego congelado de mis ojos.

Esbelta flama,
será tu imagen blanca guía
de una vaga
novedad en mi rutina.

II
Porque quiero verte me voy a sentar así,
para contemplarte aunque te tapen toda,
para deslizar mis ojos por tus huesos,
para descifrar tus incógnitos besos,
para detenerme como tu equilibrio
bordeando tus pómulos lánguidos, tenues,
hasta las clepsidras que al tiempo desdeñan
mientras de tus lóbulos trémulos cuelgan.

III
Pero, ¿qué hay detrás de ti, en tu escuálido fondo?
Pero di qué escondes en nulo rincón.
¿Qué hay detrás de aquella estúpida sonrisa?
Eres mi trastorno, mi insólita paz.

IV
No te va esa seriedad
ni esos lentes.
¡Vamos!
¡Ríe!
Que tu radiante sonrisa es lo mejor que te va.


© Oscar Franco

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