lunes, junio 29, 2009

Y cómo


De acuerdo, Dante, de acuerdo.
De acuerdo, Cristo y buen Buda,
si en medio de una selva oscura
el deseo de paz recuerdo.

Pero, ¿cómo detener
el torrente de un deseo
si cada vez que la veo
me puedo descomponer?

¿Cómo, cuando una mujer
como ella se pone enfrente?
¿Cómo, cuando un hombre que siente
no se quiere defender?

¿Y cómo si en pleno templo
nos llueve en el mar la sangre?
No me acuerdo cuando el hambre
no se encontraba en el tiempo.

¿Cómo, entonces, cuando ese algo
me arrastra hasta el precipicio
y busco el tiempo propicio
de despellejar al mango?


© Oscar Franco
(foto: astrologiapsicologica.es)

Jugar con fuego









Como sigas con este mal juego

de meter las dos manos al fuego

de decir lo primero que piensas

de bajar tus defensas

de mostrar tus cartas

de ser el primero en declarar tus faltas


Como sigas haciéndote el héroe de los cuentos de hadas

y en vez de callarte afiles espadas

dejaré de pelear a tu lado

porque no ha pasado

pero está muy cerca

el instante en que truene la cuerda

que se rompa el aro

se acabe tu suerte

y el enano derribe al más fuerte


Hasta aquí te has salvado

te faltó cuidado

y tu buena fortuna

te inflamó el orgullo

ya te crees inmortal

intocable

dios indestructible

gigante invencible

caminas altivo porque el mundo es tuyo


Como sigas con este mal juego

de apostar tu resto y provocar al rayo

que habrá de partirte en dos la mollera

no verás mañana junto a ti mi escudo


Ya ves que se pudo

ya vete calmando

cada nuevo triunfo te fue entusiasmando

pero date cuenta

ya no es lo que era

¿te quedas adentro?

yo ya estoy afuera


Como insistas en llevar patines

en usar de pelota la causa común

y en robar el hueso a esos fieros mastines

cuando menos ya te lo imagines

el que va a perder

ése serás tú.

© Oscar Franco


viernes, junio 19, 2009

jueves, junio 18, 2009

Maldito poeta

Porque mi sensibilidad siempre perdida
está en un atavismo de inocencia
es raro que me ocupe en la poesía
y, en todo caso, abuso de indecencia.

Porque a la flor no encuentro la belleza
ni creo en la dignidad del ser humano
y cada nuevo día me da pereza,
prefiero escribir versos en el guano.

Porque una noche lúgubre me excita
y hago el amor con una luna escueta
critican que escribo poesía maldita
y que soy sólo un maldito poeta.

Si no fueran felinos mis sentidos
ni tan diabólicas mis intenciones
diría que solamente están heridos,
que no hablan con razón esos señores.

Pero es cierto que sólo soy maldito,
que digo la verdad, sea o no sea cierta,
me burlo de cualquier mundano rito,
me mofo de cualquier divina oferta.

© Oscar Franco

...




Vive en mi corazón un poeta maldito.
Tus ojos le abrieron la jaula.


© Oscar Franco
(foto: conque-duque.blogspot.com)

miércoles, junio 17, 2009

En algún lugar



Abro un ojo

todavía no viene el amanecer

la oscuridad brilla en color mate

las nubes se extienden en tonos de negro claro

duermen los buenos, los malos, los feos

duerme el piano

ronca el refrigerador

miro los libros callados

los discos guardados

canta en la esquina la cúpula

el mar y el cielo en su cópula no encuentran el horizonte

junto a mí respira ella

su pierna bajo mi mano

sus párpados no me la pasan

está ocupada en un sueño

en algún lugar de la madrugada duermen trozos de mi vida

personas que he conocido

lugares en los que he estado

el pasto gris que pisaré verde

las piedras que miraré mañana

en su respectiva cama se infla y desinfla el vientre

de innumerables amigos que han estado a mi lado

de las chicas que he besado

los ogros encantadores con los que he trabajado

mis maestros

los incautos a los que algo algún día les habré enseñado

la calle desierta que baja a la playa aún se sabe mi nombre

mejor que yo

duermen la biblioteca, la iglesia

el nicho, el puente y sus genios

los muertos del cementerio

las aulas de mis escuelas

las palabras que un día dije

y sé de alguien que no duerme

que ahora estará escribiendo

no duerme el gato

no duermen los árboles ni los duendes

desde el marco que no tiene puerta nos miran seres opacos

vuelan murciélagos y secretos

no duermen los ingleses, los indios, los africanos, los japoneses

duerme el asiento vacío en la sala, la ventana, los cacahuates

los zapatos estacionados, la lluvia, las galletas en la alacena

quiero un helado de chocolate

hay un incrédulo llorando a veintitantos años de aquí

no lo conozco

tanta vida hay que tomarla en pequeñas dosis

un día cada 24 horas

duermen los pasillos de mis colegios

los parques oscuros donde corrí con suerte

la ropa pequeña que ya no me queda

los juguetes que se llevó la marea

las monedas, los botones, las botellas

los montones de centellas

las tareas que me tuvieron al borde de la neurosis

las mascotas, los deseos, las noches sin dormir

la selva en que me interné para no salir el mismo

la costa que caminé de lado a lado

el día al que no le dejé un hueco sin rellenar y del que tengo un video

duermen las grandes ideas y esa cabaña en el bosque

la lágrima que no quería soltar, la carta que me dijo todo

duerme esa canción, el viaje, la cena con mi familia

duerme el que me pidió que me olvidara ya de eso

me miro sobre el colchón

parece que me conozco

me he visto alguna ocasión

cierro un ojo

todavía no viene el amanecer


© Oscar Franco
(foto: photobucket.com)