De dónde te conozco
bella bruja reticente
que cuando la noche mengua
te tengo en la punta de la lengua
gentil maga del templo de Oniros
ojos místicos
desnudos
que miran mi asombro
a la altura de tu pecho
las ovejas a tu acecho.
¡Mira lo que no me has hecho!
y ahora que puedo tocarte
no puedo
sigue vedado el sendero
que espero
de cuerpo entero
con los sentidos sentados
los dedos desentumidos
sedados los maniatados deseos
amanecidos
tempranos
recordando la primera ocasión
que no nos vimos
de colores en las piedras
de cristal en los guijarros
mesas vacías
largas sombras
noche azul
luz amarilla
tus piernas en esa silla
y el amor fundido en negro.
No despierto
y más me alegro
lúcido te contemplo
se te olvidó ponerte algo
no pareces advertirlo
te sueño sobre mojado
verso húmedo
ditirambo
lobeznos mirando al cielo
desde diferentes pueblos.
Sujeta el arco la mano
tensa la cuerda la flecha
y salta
rauda vuela
se equivoca
se confunde al verme Cupido
parece que no ha entendido
lo que han pedido tu boca
tus labios
tus arterias pulmonares.
Caen la noche
la flecha
la escarcha
mi emoción deshilachada
tus piernas sobre esa silla
y el amor fundido en negro
corte
paneo a la izquierda
alfombras de gutapercha
los ojos
la misma luna
llueven plumas de paloma
tiembla el seso
se desploma.
A altas horas de la madrugada
sí te puedo ver así
subo al escenario
gruño
como coyote estepario
te toco
eres poco menos real
mas me estás hablando igual
así que no me equivoco
ojos místicos
desnudos
se te olvidó ponerte algo
y yo sigo recordando
los colores en las piedras.
© Oscar Franco
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