miércoles, marzo 25, 2009

Polvo

Es de polvo el aire, el suelo, la ciudad, sus habitantes,
de polvo los pensamientos, los caminos, el viento, la tos,
es de polvo el sol, son los instantes, que no he vivido bastantes
cuando los he visto todos.
Son de polvo los recuerdos, es mi voz
y son los ojos de la gente
que lanza palabras de polvo
sin alzar la vista para hacerlo.
Es de polvo la promesa.
Es lejana la esperanza y es que está hecha de polvo.

Polvo de cemento, yeso, de arenas de construcción, argamasa,

pavimento, de polvo son mis sentidos,
de polvo mi respiración.
Más que sangre ahora es polvo lo que corre por mis venas.
De mi cabeza a las piernas bombea polvo el corazón,
se sale por mis orejas, sudo polvo,
trato de hablar y hablo polvo.
De polvo me bebo un vaso, me embriaga su cal salada,
el lagrimal irritado rompe en silentes carcajadas.

Recuerdo entre tanto polvo que eran claras las miradas.

Veo entre sucias polvaredas memorias de mi ciudad.
¿De dónde cayó esta tierra? ¿Dónde la voy a poner?
Aprenderé a descansar sobre sus bultos de arena
y, flotando sobre el lago,
mi cadáver despertará mañana,
cuando este mundo nuestro de cada día vuelva a llover,
porque ahora el aire, que es de polvo, ya no suena,
porque el polvo de la tierra se ha adherido a mi manzana.

© Oscar Franco

2 comentarios:

  1. ¿Me permite usted la palabrota?...

    ¡PUTA MOTHER!, como diría Nicole. Qué poema, Oz. Es como leer lo que no pude gritar esta semana. No quitaría un sólo grano de polvo a estos versos.

    Gracias.

    P.D. Me gusta el texto así echado a la derecha.

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  2. Polvo polvo polvo... no más...
    Ve

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