viernes, abril 17, 2009

Porno mencionar tu nombre

No tengo una postura
con respecto a este tema,
me gusta y me cautiva
la visión del vaivén,
la piel que se libera de lo que trae encima,
los labios entreabiertos,
pupilas dilatadas,
la lengua que tropieza,
la sangre que se agolpa,
el tiempo se dilata,
el asunto se dilata,
la ansiedad de mis manos seguro me delata.

“¿Y qué es poesía porno?”,
me preguntas
mientras deslizas por tu pecho una larga historia de noches de placer.
¡Y a mí que me gusta ver llover y no mojarme!
Aunque esto último ahora no podría garantizarlo.

Miro candentes estampas,
húmedo lomo en la arena mojada,
mojado antojo bañándose con espuma,
figuras que se transgreden,
jadeo,
gemido,
cabello que se jala con muy salvaje ternura,
gritos ahogados,
chillidos,
apagados alaridos,
don de lenguas que no hablan,
cuerpos celestes que censura la moral.

¡Pero si a todos nos gusta mirar!

No tengo una postura
acerca de este tema,
por no querer inclinarme para allá o para acá,
hoy ni defiendo ni acuso
al inmediato placer
del eterno displacer
ni a la promesa de lo que creo que no se va a realizar,
porno comprometerme,
sólo porno...

...por no mencionar tu nombre

y mi opinión dividida dependerá
de si ahora tengo visa
de entrada o de salida.

¡Todo tan a la vista!

Sí, me gusta, me deleita,
sí, no lo niego, me excita
y después de padecer la ansiedad
pienso en ella,
que ahora estará no sé dónde,
ella que con sutileza
se cubre y se me revela.

Yo la prefiero vestida y jugar con la atrevida idea de desenvolverla.

Yo no tengo una postura,
de muestra basta un botón
que cuelga de la poesía,
69 arco iris entre la hierba y las pecas.

¿Pecas? Me lo imagino.

Ahora estoy de vuelta en este placer humano
y vamos por la revancha.
Si de venganzas se trata
me vengo en este momento.

Ponte en guardia, compañera,
se está incrustando impetuosa avalancha entre tus muslos,
entre tu plan y tus ojos,
disipando tus enojos.

Tanteo, tiento,
tentaleo tus teclas,
amiga computadora,
para que me muestres chicas,
fotos, cuerpos, imágenes y videos,
más chillidos y jadeos
y se agita el pececito en el fondo del océano
con el agua en las escamas,
con medusas y con algas.

“¿Qué es poesía porno?”,
me preguntas
mientras clavo entre tus labios
una nerviosa ciruela
y en un giro inesperado
ya estoy devorando un higo.

Soy tu amante, soy tu amigo,
¿Estoy adentro o afuera?
Soy un lejano testigo
de tu nuca luminosa,
de tu cadera sinuosa,
de tus piernas bailarinas
que están cantando habibi.

Tu vientre hechizado ensaya la danza del ombligo
en este sueño contigo,
en este zurcir conmigo.

¡Mira!
¡Y tú me lo preguntas!


¡Poesía porno eres tú!

© Oscar Franco

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